Milton y los nuevos dignatarios de la junta jamás imaginaron que por hacer las cosas bien tendrían que vivir todo lo que estan viviendo, y es que siendo víctimas del conflicto armado, algunos defensores de derechos humanos, reconocidos líderes de sociales y miembros activos de mesas departamentales, los dignatario de la JAC del barrio la Paz uno creería que el nombre de este lugar le hiciera honor a la atmósfera que se respira, pero todo lo contrario y de esto se darían cuenta todos.
Son las 10 de la mañana del 17 de marzo del presente año y en una acalorada discusión entre los miembros de la asamblea del barrio resalta la presencia de una persona peliamarillo con gorra y ropa deportiva de titanes de Barranquilla con el numero 27 en la espalda, al mas puro estilo de los pandilleros revoltosos tira piedras, alzando la voz y no dejando que los dignatarios sigan dando el informe anual de la gestión realizada, informe que cumple su segundo año luego de que la comunidad eligiera la nueva plancha que los representaría ahora en la junta y que estos nuevos miembros tomarían en serio su digno trabajo.
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Milton es el tesorero, uno de los cargos que pasó de agache en la junta pasada junto con el cargo de fiscal que hoy ostenta Paulino que dicho sea de paso estos cargos lo que dejaron fue una estela de deudas, y problemas que la nueva junta quería arreglar como por ejemplo la organización de unos locales que casi pierde la JAC por ese mal manejo, en el momento de asumir cargos el empalme no estuvo a la altura dejando un sin sabor por el reto a enfrentar.
Pero nada, esta nueva junta tenia claro el trabajo que tenia que hacer y en menos de dos años ya habían recuperado los locales usufructuando a positivo para que la junta ya tuviera unos dividendos para su mantenimiento y apoyo a la comunidad, y es que la JAC del barrio la Paz en esta administración también enfocó su esfuerzo en ayudas humanitarias pues Milton y otros miembros de la junta han sido víctimas del conflicto armado y conocen de cerca el horror de la guerra que ahora se vive en la ciudad.
Ahora luego de dos años la JAC del barrio la Paz contaba con recursos para atender los diferentes problemas que día a día iban apareciendo, esto generó envidia, celos y ambición entre los antiguos miembros dando paso a solicitudes y veedurias mal intencionadas de un grupo de personas lideradas por la abogada Nadia Salas y que dentro de sus filas estaba el saboteador peliamarrillo.
Cada una de las solicitudes y veedurias fue resuelta en su totalidad demostrando que cuando las cosas se hacen bien los ojos no sienten vergüenza. Pero no contenta con las respuestas esta abogada siguió con su plan y comenzó a perseguir, hostigar y hasta presuntamente conspirar para destruir el libro de afiliados de la junta como se evidencia en los siguientes audios que puedes escuchar aquí.
Lo peor fue cuando llegaron las amenazas a su hija menor de edad, detonante para poner en conocimiento a las autoridades pertinentes del caso, porque fueron varios sujetos que se acercaron y amenazaron a la menor para que dejaran a un lado la junta de acción comunal y dejar el manejo de esta a la «doctora» por ahora solo quedan muchas preguntas: ¿Que tiene que decir la Policía sobre estos hechos? ¿Quien protege a un líder social en estos tiempos de cambio? ¿Que acciones tomará la nueva fiscal y su institución ante estos casos de los comunales? ¿Que piensa hacer la Asocomunal para defender a sus miembros de estos hechos amenazantes?
Esperen la parte 2